Como seres vivos electromagnéticos para vibrar en altas frecuencias es necesario ausentarse de las bajas frecuencias (aislarse en altas frecuencias).
Al vibrar alto el cuerpo se libera de las bajas vibraciones y la mente obtiene la real posibilidad de elegir libremente un nuevo pensamiento, sin límites mentales ni espirituales y en plena abundancia.
Dejar de creer en las carencias y entender que cada uno se las produce y cada uno se las puede resolver, permite abrirse a la abundancia.
Vivir cien por ciento en altas vibraciones, alineando el pensamiento con el discurso y con la obra, en plena convicción, permite a los seres humanos vivir la abundancia en todo momento y lugar.
Traspasar la barrera del engaño (carencias), hace posible alcanzar la plenitud eterna como ser humano en esta tierra, dejando un camino de orientación para que otros puedan conseguir lo mismo si así lo desean.